Ya han llegado, qué alegría. Son los vencejos.
Si agudizamos nuestro oído a primera hora de la mañana,
cuando no hay mucho tráfico, podemos escuchar su característico “chillido”
mientras sobrevuelan nuestras cabezas en
la gran ciudad.
Podemos verlos en gran número volando entre los edificios.
En ocasiones no sabemos de donde salen, ni a donde van, no dejan de dar vueltas
y vueltas arriba en el cielo, y de pronto, desaparecen de nuestra vista.
El vencejo se caracteriza por sus largas y estrechas alas en
forma de guadaña y su rápido vuelo. A simple vista sólo podemos distinguir su
silueta negra de alas alargadas volando de un lado a otro.
Anidan bajo teja, en grietas u oquedades de iglesias, casas
o edificios.
Son muy, muy difícil de fotografiar, antes de poderles
enfocar ya se han salido del encuadre. Algunas de las fotos que hemos tomado,
prácticamente nos ha tocado estar esperando a que entraran o salieran de sus
nidos.
Donde mejor se pueden fotografiar y probar si somos o no
rápidos con el “gatillo” de disparo, es en las iglesias de los pueblos. Es en
estas esperas, hablando con la gente del pueblo que nos observa sorprendidos
por ésta afición nuestra, nos han contado que cuando ellos eran niños
“pescaban” los vencejos al vuelo con una caña.
Aunque creamos que los vencejos son de la misma familia que
las golondrinas y los aviones, estamos bastante equivocados.
El vencejo pertenece a la familia de los apódidos que se caracterizan porque
tienen las patas muy cortas y nunca se posan voluntariamente en el suelo, pero
sí se posan colgando de superficies verticales. Esto es debido a que sus alas son
extremadamente largas y sus patas cortas, de forma que al ave le resulta muy
difícil levantar el vuelo en superficies
horizontales.
Por otro lado, las golondrinas y los aviones pertenecen a la
familia de los hirundínidos
que se caracterizan porque construyen nidos de tierra o de arena con una mezcla
de saliva y a veces plumas, pegados en paredes o en cavidades de acantilados
o grutas.
La golondrina común, es un ave tradicionalmente
respetada en los pueblos aunque recientemente se han visto amenazadas por aquellos
que derriban sus nidos por los excrementos que producen, inconscientes de la gran
cantidad de insectos que comen, regulando los excesos de población de éstos tan molestos en verano.
Tal es la amenaza que sufre la golondrina, que este año 2014 la
Sociedad Española de Ornitología la ha nombrado ave del año.
Luego tenemos los aviones, comunes y zapadores. Se
diferencian de las golondrinas por ser de color negro, con el obispillo y las
partes inferiores del cuerpo blancos. Mientras que la golondrina es de color
azul metálico y con frente, barbilla y
garganta, rojizos. Con una gruesa franja azul oscuro que separa la garganta del
pecho y abdomen blancuzcos. Las plumas externas de la cola son alargadas de
forma horquillada. La característica más notable por la cual la mayoría de la
gente las reconoce al vuelo.
Aviones cogiendo barro para hacer el nido.
Foto de junio del 2013: nido y pollos de avión común.
Avión zapador.
Terminamos esta entrada con una curiosidad: la conocida sopa de nido de golondrina, típica
de la cocina china, no se hace con nidos de golondrina. Sino con nidos de la
familia de los apódidos. Exacto, familia a
la que pertenecen los vencejos. En concreto los nidos son de salaganas de
similar aspecto que los vencejos. Para saber más de éste tema os dejamos el
siguiente enlace.
Un saludito a todos.
Un saludito a todos.