lunes, 10 de febrero de 2014

Gavilán común.

Eran las tres y media del sábado, acabábamos de comer y nos disponíamos a tomar un cafetito acompañado de una pasta garrapiñada, cuando al mirar por la ventana de nuestra casita de campo... ¡sorpresa!

Un gavilán descansaba tranquilamente sobre una de las ramas del moral del jardín. No sabemos si llevaba mucho tiempo allí posado, pero estaba de lo más confiado.


"La cámara, dónde está la cámara, hay que conseguir un par de fotos de tan hermoso ejemplar. Silencio, no hay que hacer ni un ruido". Aunque estábamos escondidos tras las cortinas de la ventana, temíamos que nos oyera y se fuera. Y es que las rapaces además de tener una gran vista, tienen un oído muy fino.


Habitualmente ocupa zonas forestales, robledales, pinares y hayedos, pero en invierno se les puede ver en zonas agrícolas e incluso (como en este caso) entrando en zonas urbanas y parques, donde encuentran abundantes presas.

Se alimenta principalmente de aves de pequeño tamaño, aunque también puede cazar roedores, lagartijas e insectos, "cuando hay hambre, hay hambre".


De bellas garras y mirada de "quita el hipo", éste ave nos dedicó una breve pero intensa sesión fotográfica. Creemos, casi a ciencia cierta, que en todo momento él sabía que le estábamos observando.

Un saludito a todos.