Así que, en vez de mirar al cielo cambiamos nuestro punto de visión y comenzamos a mirar a nuestro alrededor. Y sorpresa, apareció la Mantis religiosa. Protagonista indiscutible del día.
Si buscamos en la enciclopedia más visitada del mundo, la "Wikipedia" , podemos leer lo siguiente:
"Mantis religiosa. Es un insecto de tamaño mediano de aproximadamente 4 a 6 c.m., con un tórax largo y unas antenas delgadas. Tiene dos grandes ojos compuestos y tres ojos sencillos entre ellos. La cabeza puede girar hasta 180º.
Sus patas delanteras, que mantiene recogidas ante la cabeza, están provistas de espinas para sujetar a sus presas.
Son animales solitarios excepto en la época de reproducción, cuando macho y hembra se buscan para aparearse. Cuando hay más de un macho cerca de una hembra, éstos se pelean y sólo uno se reproduce.
Las hembras son mayores que los machos. En raras ocasiones, durante y tras el apareamiento la hembra se come al macho.
Puede ser de color verde o pardo con distintos matices. El color del adulto lo determina el del medio en el que habita durante su última muda (por ejemplo, amarillo, si se trata de paja seca, o verde, si es hierba fresca)."
En ésta última foto, podemos ver claramente como la mantis se coloca en posición de ataque para apresar a su presa, en este caso un inofensivo palo que la impedía continuar con su apacible caminar.
Seguramente, algunos se hayan quedado asombrados al ver tantas mantis, y en un mismo día. Pues así nos quedamos nosotros, que como si de una película de miedo nos veíamos invadidos por estos insectos terroríficos que no dejábamos de ver por parques y jardines. Terroríficos, pero tan bellos que cautivan e invitan a no dejar de miralos.
Aunque la macro fue un poco difícil en algunas tomas porque las mantis no dejaban de querernos "atacar" o no dejaban de caminar a toda velocidad cuando nos sentían acercarnos demasiado, podemos mostraros la cabeza de las dos especies de mantis que nos encontramos: la Mantis religiosa ( izquierda) con antenas de un sólo filamento y la Empusa pennata (derecha) cuya antena principal se compone de una multitud de finas antenas a modo de pluma.
Y para terminar, la ninfa de la Empusa pennata, tan pequeñas como una uña y en diferentes tonalidades que encontramos en los leylandii (Cupressus leylandii) de un parque.
Fin de la primera parte.