Tarde de solito y de paseo. Nos damos cremita, nos ponemos el sombrero, las gafas de sol y con la cámara de fotos al río a dar una vuelta.
Pero no al río que pasa por el campo, no, no. Nos vamos a la Esgueva, que la tenemos cerquita de casa y no deja de sorprendernos.
Ya en el Paseo del Cauce nos fijamos en los grupitos de patitos que descansan al sol con sus mamas. Hace un par de semanas que han nacido y cada día hacemos recuento.
Continuamos río arriba contando patitos, cuando entre los juncos de la orilla... ¡la nutria!
Nos ponemos nerviosos, jejejejjej, y esperamos quietos a ver si sube a la superficie. No deja de bucear en busca de comida y es difícil adivinar dónde y cuándo saldrá de nuevo a tomar aire.
De pronto, ella nos ve y nosotros también. ¡Qué bonita!
En esta foto me recuerda a los mofletes de los hipopótamos con sus pequeñas orejas. Estaba pescando cangrejos del fondo. Menudos dientes tiene.
Tomamos varias fotos y grabamos un vídeo de recuerdo. Nos miró y la miramos. Un auténtico bellezón.
Los pescadores comentan que en estos últimos meses las nutrias se dejan ver con bastante frecuencia. Así que, tendremos que estar atentos. Nosotros es la segunda vez que las vemos en esta zona, y como dice el refrán: "no hay dos sin tres".
Un saludito a todos.